jueves, 31 de julio de 2025

DIÁLOGO ENTRE MEMBRILLO Y MANZANA:

¿Resulta algo agresiva o imperativa esa frase, o es para sacar lo bueno que hay en uno? Pienso, luego existo, o primero existo y luego pienso, cada uno que le dé la inclinación que le parezca. Siempre buscamos alguien mejor que uno mismo. Es como cuando creemos que somos amigos de alguien, aunque solamente nosotros buscamos el contacto y el otro ni bola, sólo por respeto u obligación o pena nos contesta. El de abajo siempre busca al de arriba, pero me refiero a la amistad, un amigo o amiga que sea o este mejor que yo. No queremos estar con los de abajo. Queremos ser más, estar con la élite, con las estrellas, con las piedras iguales a nosotros no queremos estar. Esto me llevo años darme cuenta. La realidad que para que una amistad sea compatible, debe haber sentimiento de igualdad y no de superioridad. Por lo pronto, pocas amigas tengo. Alguien que se asemeja a mi manera de pensar y actuar. Sin embargo, no me preocupa, porque después de todo hablo con las letras y cuando preciso divertirme hablo con ella. Sentimiento de enajenación hay en mí. El silencio me llama a la calma constante para meditar y aprender lo observado, pero cada uno tiene su don, no todos somos observadores naturales. Me deslumbran las mentes brillantes, ¿pero brillantes para quiénes? Por ello la mente brillante y la vulgar hablarán ahora, serán Membrillo y Manzana. CAP.1. Manzana: mi reverenciado membrillo estoy enamorada de ti, tu sapiencia me llena. Membrillo: ¿no has pensado que quizás yo sea pasajeramente empalagoso, puro bocado deseado y nada más? Manzana: amo lo dulce, yo no soy tan dulce como tú, tu eres casi perfecto. Me deleito en ti. Quiero ser tu fruta anhelada. Membrillo: pero yo anhelo otras frutas junto a mí. Sepas disculpar mi sinceridad. ¿Piensa, piensa, tienes que pensar, acaso si te llenarás de mi no explotarías de satisfacción sólo por un instante y cuando el dulzor se hubiere acabado seguirías amándome? Manzana: mi señor honrado, mi doctor membrillo, quiero ser mujer honrada, doctora de tu corazón y de tu mente. El hecho de deleitarme por un momento no me bastaría, el deseo es de perpetuidad. Membrillo: ¿y mi deseo de saborear otras frutas femeninas qué haré con él? Manzana: pruébalas y luego decide. Membrillo: ¿en tanto tu esperarías? Manzana: no, yo seguiré mi vida, buscaré convertirme en esperanza y dejaré la pasión de mi color por un instante. Membrillo: ¿y si yo osara probar el sabor de mi competencia como el mango o el melón? Manzana: he notado tu inclinación innata. Pienso que has probado bocado ya, por eso tu disolución con tu querida naranja. Membrillo: ¿y por qué me persigues? Manzana: quizás me crea tu fruta vulgar y lógica, pero oigo tus palabras y me deleitan, aunque veo tu manera de pensar y actuar y me aleja por un instante. Cuanto quisiera haber te conocido antes del bocado prohibido, aunque quizás tuvo que sucederte así para salvación tuya. Membrillo: sucedió así porque lo busqué, mi meta fue lo desconocido, no quiero herir tus sentimientos amiga del alma. Manzana: todos debiéramos aprender de Fedra que " el que se disipa entre lujos siempre apetece cosas insólitas". Tu cuna quizás fue en mesa de reyes, mi cuna fue ocasional, mi madre se enamoró de un fruto real y así nací, pero nunca estuve en mesa de deleites. Membrillo: debo confesarte que te deseo, aunque seas vil, clásica y lógica. Algo aniñada, mi educanda favorita. No sé si podré cambiar algún día mi bajeza. ¿Tu vivirías con ella? Manzana: la aborrecería, no podría soportar la competencia de tu amor. Membrillo: quizás mi destino sea el deleite pasajero entonces y ninguna formalidad con nadie. Manzana: de este árbol no has de comer se te dijo y escogiste el mal. ¿Por qué lo hiciste siendo tan brillante? Membrillo: porque lo corriente no me llama, lo insólito me atrajo y no pude escapar. Ahora mi mente lucha por salirse de esta batalla, aunque no encuentro razón, ni culpa alguna ya que no creo en el bien absoluto, ni la moral absoluta. Manzana: el bien y el mal, la batalla cotidiana, los dos ángeles batallando en tu ser y el mío, ¿a cuál escogeremos? A ... piensa, piensa, tienes que pensar.