Salí en piyama rosa a buscarte, me sentía angustiada, al principio sentí que caminaba junto a vos pero luego te perdí el rastro. Con ansiedad esperé tu regreso, pero no venías, ni te hallaba por la ciudad.
Subí una escalera de hierro amurada, subí ésos escalones de hierro unos 50 metros. Desde la cima miraba la ciudad esperando tu regreso.
Sentí angustia y junto a ése horrible sentimiento sentí náuseas, con ese mareo casi caigo a tierra, al pavimento. Pensé el suicidio como refugio antes de enterarme de tu supuesta desaparición.
Dos personas, una mujer osada y un hombre vinieron a rescatarme y a quitar mi desesperación.
Me dijeron: "Necesitas ayuda para bajar de ahí ? "
Dije : " Yo sola puedo, voy a ingeniármelas para bajar" ( lo dije sabiendo que me dan vértigo las alturas.)
Pude bajar haciendo un giro mortal en el aire.
Al descender me sentí sola de nuevo, mis guardianes se habían ido.
Volví a mi supuesta casa, estaba a la par de una estación de servicio.
En la puerta estaba mi ex, me miró y viendo mi nostalgia por tu pérdida se alegró.
Lloré y a los minutos vi tu entrada, te vi de espalda, tenías tu pullover rojo y un cuaderno de la universidad en tu mano izquierda, vi la puesta de la llave en la puerta de nuestro hogar y tu entrada en la misma. Habías regresado a casa, no te había sucedido nada, pero el susto, la ansiedad y angustia habían sido enormes, así que dí un grito de llanto y salí corriendo sin rumbo nuevamente por la calle, creyendo que al darme la espalda como si nada hubiera pasado me habías ignorado.
Así desperté de mi sueño de ayer Jueves a la noche, esperando que regresaras de la universidad, creyendo que algo te había pasado porque estabas retrasado.
Interpretación de mi sueño :
Sabía que debías regresar de la universidad a una hora aproximada.
Como no llegabas, mi ansiedad empezó a tornarse en preocupación.
Te llamé, no te encontré.
Pensé que perderte significaba pensar en mi muerte nuevamente al perder por segunda vez un hombre amado. Pensé en el suicidio, mis ángeles protectores me hicieron desistir y calmarme. Arriesgué mi vida con ese giro mortal, dandome cuenta que cambiar el pensamiento en lo opuesto es matar la vieja idea.
Sabía que ante la desgracia alguien que quiso estar conmigo nuevamente se alegraría.
Al verte llegar totalmente despreocupado por tu retraso, sentí falta de consideración, aunque me habías llamado a la vida con un mensaje de esperanza con los ángeles que se me aparecieron para salvarme.
Volviste a casa mi amor y rompí en sollozos a pesar de que ya estabas de regreso. Mi cuerpo estaba en la casa pero mi mente había divagado y circulaba por el aire nocturno.