Elegí Titania tras leer a Shakespeare, en Sueño de una noche de verano, Titania era la reina de las hadas, mas allá que mi segundo nombre sea Tania y en la oficina alguien me bautizó como Titania, no soy ninguna reina. Este blog contiene relatos, algunas biografías, una novela, actos de obras de teatros, decretos, trabajos de facultad, diálogos filosóficos, religiosos, todos verídicos, excepto los sueños fantásticos.
domingo, 19 de enero de 2014
Departamento inundado :
Mientras ella estuvo de vacaciones en Neuquén, su departamento estuvo cerrado casi 3 semanas.
Había una gotera en el techo del baño, pero cerrando una llave de paso del agua se creyó que el tema ya estaba solucionado.
Su hijo fue a buscarla a la terminal de ómnibus y así llevarla hasta su departamento. En el transcurso de la charla se enervó con el y levantó la voz, ya que tocó un tema familiar complicado. Su hijo le advirtió que la dejaría en el camino si continuaba discutiendo.
Por mi parte estuve bien al decidir no acompañarlo a buscarla, ya que los dejé solos para que hablaran o arreglaran sus asuntos.
Asuntos económicos y familiares.
Le dije a el, que yo prefería estar presente sólo después que solucionaran sus cosas, no quería ser partícipe de otra discusión.
Sugerí que ella viniera a almorzar a casa pero no aceptó, así que el plan era almorzar en su departamento.
Claro que nadie se imaginaba el desastre que había en su departamento.
Al llegar una vecina le señaló de dónde caían gotas de agua, era desde el comedor.
Está de más decir que siguió la crisis nerviosa en ella y empezó a estallar.
Entraron al departamento y estaba el piso mojado, los muebles de la habitación también, la pared llena de hongos, el agua corría encima de los cables de luz de una lámpara del techo. Así que por más que secaran, no se iba a poder encender la luz, por consiguiente ningún ventilador tampoco, pero hacía más de 30 grados.
Prosiguieron las quejas de ella, en éste caso eran de esperar. Pero quién tenía que tolerarlas era su hijo. Por suerte yo no estaba ahí, mi decisión había sido acertada en esperar que se acomodara al regreso de sus vacaciones. Fueron episodios nerviosos en extremo.
Se le ocurrió ir a lo de una amiga a dormir allí un par de días. Pretendía llevar varias de sus pertenencias. Su amiga no estuvo de acuerdo. Así que llamó y pidió lugar en otra casa.
Su hijo había salido a comprarle hielo para que tomara algo fresco. Pero ella ya había decido no quedarse ahí. Tampoco quería llamar al administrador para que le enviara un plomero. Ya que no quería estar ella sola con el plomero. Su hijo tuvo que convencerla de llamar y recién lo logró a la noche.
Se quejó del desastre, con el personalmente y me contó a mi por sms.
Le respondí que antes de irse nosotros nos habíamos ofrecido a estar presentes cuando viniera el plomero a arreglar,pero debía dejarnos la llave y no quiso.
No le gustó mi respuesta.
Lo incoherente fue enterarme, que ella tenía en sus manos la solución para arreglar la gotera, que era llamar a la administración y esperar un plomero y no quería. No quería que el plomero entrara en su departamento y tampoco quería dejarlo sólo trabajando. Ni una ni otra cosa. Se resistió a llamar.
Por otra parte me llamó su hijo avisándome que el almuerzo se suspendía, ya que su mamá estaba insoportable. Más allá que estaba la opción de almorzar en nuestra casa.
Finalmente el debió dejarla sola, para que ella decidiera qué hacer, ya que nada le venía bien, ni plomero ni administrador.
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