Adolescente pidiendo en el metro:
Un adolescente extranjero entró en el vagón del
metro a pedir ayuda económica. Yo estaba escribiendo con mi celular una
historia nueva que mucho no me convencía. Sus palabras sinceras me llegaron y
dejé de escribir para oírlo.
Su pedido fue el siguiente:
Adolescente: "hola gente disculpen que les venga a
pedir de esta manera. Hoy voy hacer sólo este vagón, porque recién me quisieron
pegar. Saben que feo? Sé que hay algunos que quizás no escuchan, así que me voy
adelantar un poco más hacia allá. Sé que están yendo a trabajar, pero les pido
que me escuchen y ayuden con lo que puedan, quizás sea una monedita de 5
centavos. Espero no me den vuelta la cara por drogadicto. La verdad tengo
muchas ganas de llorar. (Solloza). Saben que feo que es que les toque una
mamá drogadicta? Que les pegue todo el tiempo por todo. Desde chico viví así.
Ni siquiera tuve la oportunidad de ir al jardín de infantes. (Solloza.) Discúlpenme,
pero les pido que me ayuden aunque sea con unas galletitas, un alfajor, lo que
sea, yo todavía no desayuné.
Hoy voy hacer este vagón nada más, porque me vinieron apretar para que no pida más en el metro.
Me siento muy mal. (Solloza.)
Así que quien pueda ayúdeme por favor."
Hoy voy hacer este vagón nada más, porque me vinieron apretar para que no pida más en el metro.
Me siento muy mal. (Solloza.)
Así que quien pueda ayúdeme por favor."
Pasa con su riñonera a recoger lo que le dan. Los
pasajeros, decidieron darle lo mejor, la mayoría le dio billetes de 5, 10 pesos
o más.
Adolescente: gracias, gracias, si tienen galletas
también acepto. Muchas gracias y que tengan Buen día. (Avanza entre los
pasajeros.) "Permiso por favor."
“Bajó del metro y mi alma se partió en mil pedazos.”
Reflexión personal:
Mi razonamiento fue:" Sólo le dí plata, con eso no alcanza, debí haber conversado con él, la palabra es lo mejor, ella es quien da fuerzas al cansado y oprimido. Cuánto coraje me falta aún, y yo que me creía preparada para todo. Aún no estoy lista, aún no soy del todo corajuda para hablar delante de desconocidos y ayudar al necesitado, no soy ni Daniel, ni Sadrac, ni Mesac, ni Abed Nego, seré como ellos algún día?
Mi razonamiento fue:" Sólo le dí plata, con eso no alcanza, debí haber conversado con él, la palabra es lo mejor, ella es quien da fuerzas al cansado y oprimido. Cuánto coraje me falta aún, y yo que me creía preparada para todo. Aún no estoy lista, aún no soy del todo corajuda para hablar delante de desconocidos y ayudar al necesitado, no soy ni Daniel, ni Sadrac, ni Mesac, ni Abed Nego, seré como ellos algún día?
Lo vivido es la realidad que clama por ser
escuchada y comunicada al mundo, fue así, que decidí escribir el paso de este
adolescente por mi vida.