Era el 2016 y acudí a un banco privado para
comprarlas, me dijeron que tenía que tener arriba de 100 mil pesos argentinos,
salí espantada, semanas siguientes fui por motus propio a la BOLSA DE COMERCIO
que está sobre 25 de Mayo y Corrientes en CIUDAD AUTÓNOMA DE BUENOS AIRES,
ARGENTINA, me identifiqué como corresponde antes de entrar al edificio y elegí
3 oficinas de agentes de bolsa, la primera oficina toqué timbre y a través de
la cámara me preguntaron quién me recomendaba, como nadie me recomendaba, me
dijeron “no se puede comprar acá, hasta luego.”
En la segunda, toque timbre y no me atendieron.
En la tercera, me atendió una secretaría rubia, muy
alta y algo soberbia, me abrió la puerta de vidrio y me observó de pie a
cabeza, con cierto desprecio, como dato adicional les digo que ese no era mi
mejor día de presencia, lo bueno es que el agente de bolsa un joven de unos 30
años me atendió, me explicó que tenía que tener como mínimo unos 50 mil pesos y
que su ganancia sería el 1% anual, en ese momento yo contaba con casi 10 mil
pesos, motivo por el cual le agradecí su atención, me dio su tarjeta y me
retiré feliz de haber obtenido información.
Me llevó unos meses encontrar un lugar donde poder
comprarlos con pocos ahorros, como no había hecho nada con esos ahorros, los
empecé a gastar, gran error, hasta que hallé que en el BANCO DE LA NACIÓN
ARGENTINA, se los podía comprar tan solo con 2 mil pesos, para eso se debía
abrir una cuenta comitente, hice 3 intentos con todos los documentos a
presentar, hasta que logré abrir la cuenta, en ese entonces se compraba Letras
solo los días Martes de 10 a 14 horas, lo malo era que uno estaba 1 hora o 1 hora
y media para ser atendido, paciencia infinita, y la verdad que no me resultó,
no me gustó perder tanto tiempo. Pasaron unos meses y las vendí.