martes, 3 de septiembre de 2013

El gran asco de la casa y el caracol

Estábamos cenando aluvias con ensalada de repollo, tomate, zanahoria rallada y aceitunas, tenía ajo deshidratado pasado por agua y aceite de oliva, finalizada mi ensalada se me ocurrió tomar el jugo del plato, fue en ese momento que Marcelo me preguntó si yo quería pan de salvado para absorber el jugo del plato, yo respondi que prefería tomarlo sólo, porque amaba hacer este tipo de cosas, aunque el me miro sorprendido como si fuera el gran asco de la casa, por mi modo de proceder. Entonces comencé a hablar de sus particularidades físicas que le resulta difícil controlar, sus glándulas segregan mucha saliva,por éste motivo cuando duerme le es difícil controlarla. Y esto también le sucede aún estando despierto, no sé sí es de esas personas que cuando habla escupe gotitas de saliva, no lo sé, porque aún no lo observé a plena luz solar, por éste motivo a Marcelo le digo el caracol, y en mi estado de whatsapp dice " El caracol es mío ", cosa que nadie sabía, pero ahora lo estoy dando a conocer.
A veces nos horrorizamos de actos ajenos, cuando en realidad cada cual tiene lo suyo, por más educado que sea. Cabe aclarar que no discutimos ni nos enojamos, simplemente fueron comentarios, con los cuales nos reímos demasiado. Pero la comparación resultó útil para equilibrar mis malos modales. Para algunos parezco una persona fina sin tener en cuenta éste acto que mis íntimos conocen, aunque en algún momento estudiare protocolo y ceremonial, a partir de entonces seré une mademoiselle...