Elegí Titania tras leer a Shakespeare, en Sueño de una noche de verano, Titania era la reina de las hadas, mas allá que mi segundo nombre sea Tania y en la oficina alguien me bautizó como Titania, no soy ninguna reina. Este blog contiene relatos, algunas biografías, una novela, actos de obras de teatros, decretos, trabajos de facultad, diálogos filosóficos, religiosos, todos verídicos, excepto los sueños fantásticos.
viernes, 7 de febrero de 2014
Se me fue el micro por primera vez :
Hoy 7 de Febrero, llegué 15 minutos antes de que partiera el micro, como suelo hacer desde hace 2 años. Lo tuve a unos metros y no me dí cuenta que era mi micro, ya que decía plataforma 38 como siempre, pero como el cartel de partida decía otra ciudad, y mi campo visual lo ubicaba en la plataforma 39, ya que estacionan en diagonal al número de cartel, sin tener en cuenta que mi mente se encontraba adormecida, ya que sólo había dormido 2 horas, sucedió lo lógico, perdí el micro, partió sin siquiera darme cuenta, delante mío. Y seguí esperando una hora más, supuse que estaba muy retrasado por el diluvio, pero no fue así, la enajenada era yo.
Si bien a las 5.50 am figuraba el destino y horario de partida en la pantalla de la terminal de ómnibus, yo no me percaté que el micro era ese mismo, el cual yo creía que iba a otra ciudad, ya que en el cartel me pareció ver que decía Mina Clavero, ciudad donde había sido mi luna de miel, ahora que lo razono mejor, que el cartel dijera eso era una incoherencia, ya que siempre dice Rosario, ciudad de Santa Fé.
Yo no había dormido casi nada, debió haber sido por eso que mi mente inventó una ciudad de relax.
Lo cierto es que decidí ubicarme en la plataforma 38 junto a la parada y noté que nadie más que yo estaba ahí esperando al supuesto y retrasado micro, fue entonces cuando después de una hora comencé a dudar de mi quietud, mi supuesta tranquilidad.
Con miedo de que viniera el micro, me aventuré a subir las escaleras y pregunté en ventanilla el por qué del retraso.
Un joven llamado Matías informó que el micro ya se había ido a la hora de siempre y con mucha gente.
Argumenté, luego le pedí disculpas por hacerlo. Decidí cambiar mi pasaje por otro nuevo, ya que tenía personas que me estaban esperando en la municipalidad de San Nicolás, para que les firmara sus títulos, varias de ellas venían de Rosario.
Matías, explicó lo sucedido a su jefe y le dió autorización para que me cambiara el pasaje.
La dádiva fue que no tuve que volver a pagarlo. A pesar de que la culpa había sido mía, no por llegar tarde, si no por no haberlo visto.
Oí decir: "Por favor ésta vez presta atención para que no se te vaya el micro."
Asentí con mi rostro.
Me sentí totalmente agradecida por la disposición al cambio de pasaje y por la advertencia de Matías.
Me dí cuenta que el dormir poco afecta los sentidos.
Desayuné en la terminal en tanto esperaba el micro, opté por un café con leche y una tortita negra, me quedé con hambre, así que cuando llegué al parador de San Nicolás, donde hay un patio de comidas, pagué y pedí una medialuna, los chicos se rieron de mi pedido, yo les sonreí también, así fue que me regalaron otra medialuna.
Cabe aclarar que ese día tomé el micro de las 8am, sin ningún problema y una vez que llegué a la municipalidad atendí a todos.
Mi amiga Nancy, la administrativa de secretaría de gobierno, fue quien informó de mi retraso y por pedido mío, los invitó a pasear por la ciudad hasta que fuera la hora.
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