EL PINGÜINO CHISTOSO: dedicado a mis compañeros de sala naranja 2024 y a mis maestras del jardín Estrellita.
Penguin era un pingüino que le gustaba ir de vacaciones a la playa.
El 29 de abril se festejaba el día del animal, y aunque muchos le traían regalos por su día, él no se sentía un pingüino, se sentía una persona.
Se acercaba el día del trabajador, el primero de mayo, Penguin iba a salir a pescar en sus vacaciones a la playa.
Tomó un avión y se fue a Miramar, en la costa argentina, el clima en la playa era muy windy, re windy, super windy, aunque los veranos eran muy sunny, y no de sanitos, sino de soleados.
Cuando llegó se encontró con Romeo, un joven que lo había cuidado cuando él era un chiquillo, un little penguin. Decidieron juntarse ir a pescar al mar, y por luck, re suerte, pescaron una trucha, una anchoa y una sardina, vieron un seahorse, pero no lo pescaron, porque era amigo. Luego decidieron jugar un partido de football.
Ganó Penguin, hizo four goals, sí 4 goles hizo.
Romeo, que era amigo de Shakespeare, se encontró con Juliet en el cine, los 3; Penguin, Romeo y Juliet compraron palomitas de maíz, y entradas para ver una película llamada elementos, les encantó.
Se les ocurrió ir al Museo de los trenes, vieron trenes antiguos de todos los colores, White, black, Brown, orange, blue, red, Green y pink.
Penguin venia de un clima icy, bien helado, nunca había estado en una ciudad rainy ni cloudy.
A Frere Jacques, Penguin le decía hermano, pero en realidad era un fraile, a veces lo veía somnoliento y le decía. “Dormez-vous, que sonnez les matines, ding dan, don! Y así Jacques se despabilaba.
Se juntaron todos a cenar la pesca del dia a orillas del mar, en un momento Penguin se alejó y se escondió, sus amigos empezaron a buscarlo, y no lo encontraron por ningún lado, pensaron que se había camuflado en una plaza cercana, o que se había ido a jugar de tanto trabajar.
De repente se apareció Penguin con las gaseosas y unos pretzels. Sus amigos se alegraron que estaba vivo y no le había pasado nada malo, solía hacerse el chistoso, y escaparse sin decir nada. Una vez que terminaron de cenar jugaron a la rayuela, hicieron números en la arena con un palito.
El que mejor saltaba era Romeo,” one, two, three, four, five, six, seven, eight, nine, ten” es el cielo y one era la tierra, juntaba la piedrita de cada número, nunca pisó una raya, ni nunca se cayó, y asi fue que ganó a la rayuela.
Julieta, fue la segunda en ganar, Frere Jacques el tercero y el último Penguin.
Penguin regresó a su tierra icy, en la Antártida, y allí contó a sus amigos plumíferos acerca de sus vacaciones, sobre la playa, la pesca, el cine, el museo, el football, todo le había gustado, y en el footbal y la pesca había ganado, excepto la rayuela, había perdido porque no le salía saltar en una pata en alpargatas en Mar del Plata, lo contó dando una risota al estilo guason.
¡Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado!